Objetivo 15. Proteger, restaurar y promover el uso sostenible de los ecosistemas terrestres, gestionar sosteniblemente los bosques,

combatir la desertificación y detener y revertir la degradación de la tierra y detener la pérdida de biodiversidad.

Meta 15.3. Para 2030, combatir la desertificación, restaurar tierras y suelos degradados, incluidas las tierras afectadas por la

desertificación, la sequía y las inundaciones, y esforzarse por lograr un mundo neutral en la degradación de la tierra.

Nivel I: el indicador es claro desde el punto de vista conceptual, la metodología y las normas establecidas están disponibles y los datos

son producidos periódicamente para los países partes.

Es la extensión espacial (km²) expresada como proporción (porcentaje o %) de tierra que se degrada sobre el área total de la tierra.
Sub Indicador 1: Estima la superficie de tierra en km².
Sub Indicador 2: La Producción Primaria Neta (NPP) suele expresarse en peso/área/periodo de tiempo (p. ej., kg/ha/año; también se

conoce como NPP anual o ANPP)
Sub Indicador 3: Las reservas del SOC para la capa superior del suelo de 0-30 cm se expresan en toneladas por hectárea para cada

clase de cubierta terrestre (tn/ha)

La degradación de la tierra se define como la reducción o pérdida de la productividad biológica o económica y la complejidad de las tierras de cultivo alimentadas por la lluvia, las tierras de cultivo de regadío o la gama, los pastos, los bosques y los bosques resultantes de una combinación de presiones, incluidas las prácticas de uso y gestión de la tierra. Esta definición fue adoptada y utilizada por los 196 países que son Parte en la Convención.
La neutralidad de la degradación de la tierra se define como un estado mediante el cual la cantidad y la calidad de los recursos terrestres necesarios para apoyar las funciones y servicios de los ecosistemas y mejorar la seguridad alimentaria se mantienen estables

o aumentan dentro de las escalas y ecosistemas temporales y espaciales especificados (decisión 3/COP12).
El área total de la tierra es la superficie total de un país excluyendo el área cubierta por aguas interiores, como los principales ríos y

lagos.
El indicador ODS 15.3.1 es una cuantificación binaria -degradada/no degradada- basada en el análisis de los datos disponibles para tres

subíntemos que serán validados e informados por las autoridades nacionales. Los subindicadores (Tendencias en la cobertura de la

tierra, la productividad de la tierra y las existencias de carbono) fueron adoptados por el órgano rector de la Convención en 2013 como

parte de su enfoque de supervisión y evaluación.

La evaluación y cuantificación de la degradación de la tierra se considera generalmente específica del contexto, lo que dificulta que un

solo indicador capture plenamente el estado o la condición de la tierra. Si bien es necesario pero no es suficiente, los sub-indicadores

abordan los cambios de maneras diferentes pero altamente relevantes: por ejemplo, la cobertura terrestre o las tendencias de

productividad pueden capturar cambios relativamente rápidos, mientras que los cambios en las existencias de carbono reflejan cambios más lentos que sugieren una trayectoria o proximidad a los umbrales.
El método de cálculo de este indicador sigue el principio estadístico "One Out, All Out" y se basa en la evaluación de referencia y la

evaluación del cambio en los sub indicadores para determinar el alcance de la tierra degradada sobre el área total de la tierra. Se aplica

teniendo en cuenta los cambios en los sub indicadores que se describen como i) positivos o mejorados, ii) negativos o en declive,

o (iii) estables o inmutables. Si uno de los subíntemos es negativo (o estable cuando se degrada en el año de referencia o supervisión

anterior) para una unidad terrestre en particular, entonces se consideraría degradado sujeto a la validación por las autoridades

nacionales.

1. La cubierta terrestre se refiere a la cubierta física observada de la superficie de la Tierra que describe la distribución de tipos de

vegetación, cuerpos de agua e infraestructura hecha por el ser humano. También refleja el uso de recursos terrestres (es decir, suelo,

agua y biodiversidad) para la agricultura, la silvicultura, los asentamientos humanos y otros fines. Este sub-indicador cumple

dos funciones para el indicador ODS
15.3.1.1) los cambios en la cobertura terrestre pueden apuntar a la degradación de la tierra cuando hay una pérdida de servicios

ecosistémicos que se consideran deseables en un contexto local o nacional; y (2) se puede utilizar un sistema de clasificación de la

cobertura terrestre para desagregar los otros dos sub indicadores, aumentando así la relevancia política del indicador. También se

espera que este subíndindicador se utilice para informar sobre los indicadores ODS 6.6.1, 11.3.1 y 15.1.1.

2. La productividad de la tierra se refiere a la producción primaria neta (NPP) total sobre el suelo definida como la energía fijada por las

plantas menos su respiración, lo que se traduce en la tasa de acumulación de biomasa que ofrece un conjunto de servicios

ecosistémicos. Este sub-indicador apunta a cambios en la salud y la capacidad productiva de la tierra y refleja los efectos netos de los

cambios en el funcionamiento de los ecosistemas en el crecimiento de plantas y biomasa, donde la disminución de las tendencias suele

ser una característica definitoria de la degradación de la tierra.

3. El stock de carbono es un indicador de la calidad general del suelo asociada con el ciclo de nutrientes y su estabilidad y estructura

agregada con implicaciones directas para la infiltración del agua, la biodiversidad del suelo, la vulnerabilidad a la erosión y, en última

instancia, la productividad de la vegetación, y en contextos agrícolas, produce. Las existencias de SOC reflejan el equilibrio entre las

ganancias de materia orgánica, dependiendo de la productividad de las plantas y las prácticas de gestión, y las pérdidas debidas a la

descomposición a través de la acción de los organismos del suelo y la exportación física a través de la lixiviación y la erosión.

El método de cálculo de este indicador sigue el principio estadístico "One Out, All Out" y se basa en la evaluación de referencia y la

evaluación del cambio en los sub indicadores para determinar el alcance de la tierra degradada sobre el área total de la tierra. Al analizar

los cambios en los subindicadores en el contexto de las evaluaciones locales del clima, el suelo, el uso de la tierra y cualquier otro factor

que influya en las condiciones de la tierra, las autoridades nacionales pueden determinar qué unidades terrestres deben clasificarse

como degradadas, sumar el total e informar sobre el indicador.
Un marco conceptual, aprobado por el órgano rector de la Convención en septiembre de 2017, sustenta una metodología universal para derivar el indicador.
La metodología ayuda a los países a seleccionar los conjuntos de datos más adecuados para los subindicadores y determinar los

métodos nacionales para estimar el indicador.
El indicador se deriva de una clasificación binaria del estado de la tierra (es decir, degradado o no degradado) basado principalmente, y

en la mayor medida posible, en fuentes de datos oficiales nacionales comparables y estandarizadas. Sin embargo, debido a la naturaleza del indicador, la observación de la Tierra y la información geoespacial de fuentes de datos regionales

y globales pueden desempeñar un papel importante en su derivación, sujeto a la validación por parte de las autoridades nacionales.

Se estima a partir de las correlaciones conocidas entre la fracción de la radiación fotosintéticamente activa absorbida (FAPAR), y la

biomasa, crecimiento y fuerza vegetal. Pueden calcularse varios índices de vegetación a partir de datos de imágenes y utilizarse

como indicadores de la productividad de la tierra. El más común es el índice de vegetación de diferencia normalizada (NDVI)


Donde:
NIR: infrarrojo cercano
RED: Banda roja

Reportes cuantitativos y cualitativos (datos de cobertura terrestre y cambio de cobertura; datos de productividad de la tierra; datos de

existencia de carbono orgánico del suelo)

▪ Las autoridades nacionales facilitarán datos sobre el indicador y los subindicadores a la Convención en el informes nacionales

siguiendo un formato estándar cada cuatro años comenzando en el año 2018. En el Informe Nacional 2018 se ha utilizado el dato

por defecto proporcionado para Paraguay por la CNULD, una vez contrastada su coherencia con la evaluación propia (en desarrollo)

para su determinación con los datos del país.

Los datos regionales y globales están disponibles para los tres subindicadores y pueden ser desglosados a nivel nacional para su

interpretación y validación por las autoridades nacionales.

▪La información derivadas de conjuntos de datos globales y regionales deben ser interpretados y validados por las autoridades

nacionales.
La diferencia entre los datos globales y los datos nacionales corresponde a la calidad de la imagen (resolución espacial), las imágenes

globales cuentan con una menor resolución espacial, mientras que las nacionales tienen un resolución espacial media.
 - Para mejorar el subindicador Cubierta de la tierra se debe contar con datos desde el año 2001 al 2015 y del último año disponible para el periodo de presentación de informe, es deseable una resolución superior a 100 m, o garantizar la calidad de los datos del producto de cubierta terrestre con una precisión cartográfica global de al menos el 74%.
- La validación de la información sobre la cubierta terrestre puede ser cotejada sobre el terreno como también se puede realizar consultas a expertos locales, lo que podría ser una actividad costosa y que lleve mucho tiempo. También, puede ser realizada con diferentes

métodos y técnicas (por ejemplo, muestras de trabajo sobre el terreno con fotografías aéreas existentes o imágenes gratuitas de alta

resolución disponibles en Google Earth).
- Los datos globales no siempre permiten producir una representación suficientemente detallada de la dinámica de la productividad de la tierra a escala nacional, se recomienda que la mesa técnica pueda verificar las estimaciones de la cubierta terrestre y de la degradación de las tierras conexa para evaluar la exactitud de los resultados e identificar cualquier evento negativo o falso positivo, se recomienda

obtener una precisión cartográfica global de, al menos, el 80%. La Tendencia de la productividad se debe evaluar durante un período

de 14 a 16 años, tanto para el período de referencia como para el de presentación de informes. Esto proporciona una base más coherente para la evaluación de los cambios en la Tendencia de la productividad.
- La dinámica estacional de la productividad está fuertemente influenciada por las condiciones climáticas imperantes y las prácticas de

ordenación de las tierras. Esto puede afectar a la fiabilidad de la aplicación de las estimaciones de la productividad de la tierra a partir

de fuentes de datos mundiales a las áreas locales y requiere aportaciones de expertos nacionales para detectar y destacar las situaciones

en las que el nivel de confianza de los resultados obtenidos es bajo.
- Para el caso del SOC las estimaciones derivadas proporcionan una resolución limitada de cómo varían las reservas de carbono a nivel nacional y presentan una gran incertidumbre, esto afecta la fiabilidad de las estimaciones de los cambios. Por lo tanto, se necesitan

aportaciones de expertos nacionales para detectar y destacar las situaciones en las que el nivel de confianza de los resultados obtenidos

es bajo. Esta aportación contribuiría a una evaluación cualitativa de la fiabilidad de las estimaciones.